miércoles, 28 de agosto de 2013

Olvido

Pasa que ha vuelto a mí la maraña de sentimientos que a diario me envenenan poco a poquito pero sin lograr matarme. No estoy segura si tiene que ver con mis hormonas, porque bueno esta vez es enserio; mi cuerpo tiene un descontrol terrible que es afectado para mal de igual manera si viene la regla o me como una galleta azucarada de más. Eso soy yo y no puedo escapar de mí.

No, no puedo escapar de mí. Ni de mi cuerpo ni de mi alma ni de mi mente. Los tres me atormentan porque nunca están sincronizados. Y hoy la mente ha vuelto a malinterpretar las sensaciones que le ha ofrecido el cuerpo. Todo se ennegrece con esta soledad que va metiéndose en los huesos y va calando y calcinándolos para dejar un olor característico; el olor de la soledad , inconfundible y repelente de vida.

Hoy me siento un poquito más perdida que siempre. Ni de aquí ni de allá y sin alguien en quien poder decantarme para no morir podrida en mis propios pensamientos y sentimientos. Lo único en que me muestro es en el rechazo a los otros, la máscara del enojo que me apodera para no permitir asomarse a la desazón característica de los condenados en vida.
Pero, cual sucede a los hombres cuervo, arde por dentro, pues no puede dejar escapar una lágrima. Me vuelvo dura y me encierro más en mí misma. Me ha perdido quien alguna vez me tuvo, voy olvidándolo todo. Y es que nunca supe en realidad quien soy. ¿Cómo ofrecerme si ignoro lo que puedo ofrecer? ¿Cómo acercarme a alguien si ignoro lo que me hace falta?



[No sé qué podría ser esto que escribo, no es personal pero tampoco tiene la objetividad del arte...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario