sábado, 22 de marzo de 2014

Silvio Rodríguez o el arte de saber venderse.

Quizá sólo sean especulaciones mías porque no conozco lo que cobra Silvio Rodríguez por sus conciertos pero sí hay algunas dudas que rondan mi cabeza acerca de los precios al público que maneja en la mayoría de sus presentaciones. 

Es sabido por todos o casi todos que la postura política de Silvio está marcada sobre la izquierda o por la ideología de las repúblicas socialistas. Es difícil separar el contenido de sus canciones de su postura ideológica; a lo mejor quien sólo haya escuchado aquellas con un tinte más romántico, de manera más superficial vaya, no repare sobre esto.

Mi experiencia en el concierto que dio en Tijuana me dejó pensando muchísimas cosas. Por un lado me sorprendieron los precios que se manejaron: creo que el más barato estaba sobre los 500 pesos y el más caro llegó a los 4000, pero la mayoría de los lugares se concentraron sobre los VIP que estaban en 1400 pesos. Además de la mala organización, que según los encargados fue culpa del artista por retardar la apertura del recinto debido a la seguridad, el lugar y los precios no se encontraba al alcance de todos los bolsillos. El concierto inauguró el Centro de convenciones Tijuana-Rosarito que se encuentra lejos muy lejos (a 45 minutos de donde vivo, tomando en cuenta que vivo en las afueras de Tijuana) y sólo es posible llegar en carro (un taxi saldría carísimo). Cuando llegamos pues tuvimos que pagar estacionamiento: 50 pesos. La fila para entrar era larguísima y el concierto comenzó antes de que entrara toda la gente. Cuando hacíamos fila me entraron mis primeras dudas pues la mayoría de la gente iba muy elegante, se veía que eran personas de dinero que, yo interpreté en ese momento, iban a demostrar su gusto musical, su gusto en el vestir y su capacidad económica para pagar un boleto en VIP o en Premier. Lo mismo que pienso cada que voy al teatro Ángela Peralta en Mazatlán cuando veo a todas las mujeres y hombres emperifollados a ver un espectáculo carísimo pero que rara vez van y pagan 50 pesos por una obra que presente alguna compañía local. Quizá soy muy exagerada o paranoica en ese aspecto pero siempre me ha llamado mucho la atención. En fin, el punto es que me sorprendió que la mayoría de los asistentes eran personas pudientes que escuchan a Silvio Rodríguez y están a favor de la revolución, el socialismo, las izquierdas, la justicia para los pobres pero siempre en teoría, en el limbo de los intelectuales. (Quizá yo también entro en ese grupo y por eso, de un tiempo para acá, he replanteando y reflexionado mucho sobre mi postura y mi cinismo y todo eso que antes llamaba tanto mi atención) 


Dejando de lado el punto de los asistentes, cuando por fin pudimos entrar y encontrar nuestro lugar, empecé a ver el concierto en una pantalla. Sí, porque aunque el boleto era de 1400, Silvio estaba muy lejos. Normalmente yo era de la idea de que si vas a gastar para un concierto había que hacerlo bien. Es decir, estar en el lugar más conveniente posible y disfrutar plenamente del artista y su música. Pero a raíz de una mala experiencia con RHCP cambié de opinión y ahora soy de la idea de que verle la cara al mono no es tan importante como escuchar y disfrutar en vivo de todo el show aunque no sea la localidad más cercana. Sin embargo, en esta ocasión yo no compré los boletos y el lugar no me pareció el mejor y el precio me pareció muy exagerado.

Bueno, lo que pude observar fue a un Silvio ya tocado por los años vistiendo una playera equis, con un pantalón equis y una gorrita para ocultar su cabello despeinado. En sí una persona muy sencilla...a primera vista. La amiga de mi hermana me dijo: "tu hermana me preguntó que cómo iría vestida a lo que yo respondía que de manera sencilla pues me parecía de mala educación ir muy elegante cuando Silvio es tan sencillo". Ese comentario me pareció acertado (con sus pros y sus contras) pero lo que yo pensaba era muy distinto y  vino a hacerme más ruido cuando lo comentaba una profesora que también asistió. Mi profesora dijo algo así: " cuando vi a Silvio, tan sencillo en su vestir, me conmoví, pero cuando dijo que tenía como 30 años sin pisar el norte de México, me hizo preguntarme el por qué. Era obvio, nadie le había llegado al precio, pues él cobra muchísimo para dar un concierto. Así que pensé que su modo de mostrarse revolucionario era por medio de la ropa" (palabras más palabras menos, eso es lo que yo interpreté jajaj)

De ahí que me hiciera reflexionar sobre la idea de "saber venderse". Siendo sinceros son pocos los artistas o personas comunes que van por la vida siendo totalmente congruentes con lo que piensan, dicen y hablan. Ser contrasistema, contracultura, contratodo, es uno de los aspectos más complicados que existen en este mundo, por mil razones en las que no entraré a discusión aquí. Y sobre todo siendo artista pues, a comentario de muchos, "el artista también come", "la música es apolítica y universal", "disfruta el arte", "es una experiencia estética no ética". Por eso hacía el hincapíé de la dificultad de separar a Silvio de su ideología política.

Otra cosa que me sorprendió es que son pocas, muuy pocas las ocasiones en las que interactúa con el público (yo lo percibí medio sangrón y pensaba: "le ha de causar repele estar dando un concierto para este montón de gente falsa"). Y no sé pero me gustan más los conciertos donde el artista interactúa, aunque sí ya lo sé, eso depende de la personalidad de cada uno.

Por otro lado los músicos que trae son, en su mayoría, jóvenes...la verdad estuvo muy padre, musicalmente hablando. Él suena igualito en vivo y a pesar de los años la voz sigue espectacular.

Pero en fin...me gusta recordar a Baudrillard y a su idea de que consumismo signos. Signos que nos permiten decir a los demás qué y cómo somos.. y así vamos por la vida, todos. Bueno o malo no lo sé... no es cuestión de ética sino de muchas cosas más. Y para cerrar con broche de oro, una del Silvio que podría callar mis dedos.


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