martes, 20 de noviembre de 2012

Memorias de un loco II


Y, sin embargo, ¡cuántas cosas tengo en el
alma, cuántas fuerzas intimas y cuántos
océanos de cólera y amores entrecruzan,
estallan en este corazón tan frágil, tan débil, tan
hundido, tan hastiado, tan agotado!
¡Me dicen que vuelva a la vida, que me
mezcle con la multitud!... ¿Y cómo puede dar
frutos la rama desgajada?, ¿cómo puede
reverdecer la rama que ha sido arrancada por el
viento y arrastrada por el polvo? Y ¿por qué
tanta amargura siendo tan joven? ¿Qué sé yo?
Tal vez era mi destino vivir así, cansado antes
de haber llevado la carga, jadeante antes de
haber corrido...

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