Domingo 1 de Julio, día de elecciones. Llevaba una semana que me tragaban los nervios y no quería aceptarlo públicamente, pero sabía que la incertidumbre estaba a nada de volverme loca.
Supongo que no era la única, sé bien que más de la mitad del país vivió con la respiración entrecortada, el pensamiento difuso y la adrenalina al tope. Eran unas elecciones importantes, dónde se mezclaban el temor y la esperanza, el coraje y la rebeldía, el escepticismo y el ánimo por no dejar pasar más el tiempo y formarse en la fila que llevaría a decidir sobre los próximos seis años del gobierno de México.
Emocionados, mis amigos fueron llegando a mi casa y mostraban su dedo manchado de tinta que representaba que habían sido partícipes de tan esperado momento. Yo misma, quien anteriormente me mostraba apática, orgullosa veía mi dedo y alimentaba mi ilusión de que esta vez sí la íbamos a armar, que lograríamos algo nuevo y que, nos permitiría unirnos como país.
Era tonto pensarlo, digo, no necesitamos en realidad de esas falacias para lograr cosas que nos ponemos en la mira, sin embargo ese día me permití soñar y ser parte del sueño de los demás.
Sin embargo, cuando la tarde cayó y los números se manifestaron, las palabras golpearon y destruyeron la esperanza de cada uno de aquellos que, como yo, habían alimentado el optimismo en vano. Nos convertíamos en una telenovela...de esas dónde el malo se sale con la suya.
¿Qué sucedió realmente ese 1 de Julio? ¿Qué está sucediendo ahora que la tempestad ha comenzado por tomar rumbo?
Unos llaman al fraude, otros llaman a la estupidez del mexicano, otros se resignan a que en una democracia nunca debe cuestionarse una decisión y otros, orgullosos, cantan victoria y llaman a la unión del pueblo.
Les he de ser sincera, yo no sé si el mejor candidato era AMLO, si la opción a elegir por sobre las otras era Josefina o si Quadri no sólo era una marioneta de EEG sino el mejor postor.
Pero hay algo de lo cual estoy segura; el virtual "ganador" no es lo que queremos, no es lo que necesitamos.
Fraude hubo, compra de votos hubo, campañas sucias hubo, deshonestidad, injusticia, despotismo, negligencia, indiferencia, pasión, estupidez....todo todo eso sobró.
No falta quien crea ciegamente en EPN, no falta quien haya ido a votar voluntariamente por él. Desconozco las razones, pero las respeto. Pero así como nos piden que respetemos eso, yo también les pido que nos respeten a nosotros.
¿Por qué toda la vida intentan vernos la cara de idiotas? ¿Por qué siempre salen con su careta de que "todo está bien"? ¿Por qué son tan hipócritas al decir que les importamos como sociedad y que sólo quieren lo mejor para nosotros?
Pero no sólo somos víctimas, pues recuerden que el malo llega hasta donde el bueno se lo permite.
"Hoy México eligió a un presidente muy parecido a su pueblo: nunca ha leído un libro en su vida, es infiel y quiere una vida de novela", frase con la que más identifico lo acontecido ese triste domingo.
Y es que, como muchas veces lo hhe manifestado, yo no soy muy partidaria de esos movimientos en masa que aborregan a las personas. Sin embargo ya estuvo bueno de tanta CHINGADERA, ya estuvo bueno de que nos quieran tratar a TODOS por igual, es decir, como IDIOTAS. ¡NO LO SOMOS!, no todos estamos hechos del mismo pensamiento, no todos vamos a tragarnos cuentos estúpidos, No somos pendejos y no nos tragamos la idea de la democracia, una democracia que se ha disfrazado todo el tiempo cuando siempre ha sido una oligarquía. Ya estuvo bueno. Como les digo, yo soy más partidaria del cambio individual, pues viene desde una raíz que se irá fortaleciendo poco a poco. Pero tampoco estoy de acuerdo con que me quieran ver la cara, con que se aprovechen de la poca tolerancia que nos queda, que quieran miarnos y decirnos que sólo llueve.
Creo que el dolor que siente el país, la indignación, es muy parecida a la mía. No estamos conformes de que jueguen con nuestras decisiones y que sean tiradas a la basura.
Peña Nieto no me representa, Peña Nieto no es mi presidente ni lo será nunca.
No es que el mono cambie la cosa, es que quiero que sea respetado lo que es del pueblo. Si no nos hacemos respetar ahora, no será jamás.
Yo seguiré haciendo el cambio en mi, de eso no lo dudo, pero tampoco...NO LA CHINGUEN.
Amén.
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