El fútbol te enseña que no importa que te metan cuatro goles en el inicio de una competencia o te expulsen un jugador y que, una de las personas en las que más confíes, falle un penal pues si te esfuerzas hasta el final, consigues sorprender a aquellos quienes, perdiendo toda esperanza en ti, tienen que voltear la cabeza y brindarte un reconocimiento.
Y por el caso contrario, que nunca se debe cantar victoria antes del pitazo final. Que confiar es estratégico, pero ser confianzudo te puede hundir.
Si uno le busca, cualquier cosa en la vida te hace aprender. A mi me gusta el fútbol y forma parte de mis grandes maestros del mundo.
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