¡Detente!; me he dicho.
Es absurdo, idealizar con algo que ni siquiera otorga aquél beneficio insulso de la duda. ¡No da más!
No sé de dónde he sacado la idea de una posible realización de aquello que no es, ni siquiera quiso ser.
Así que... ¡Me detengo en este instante! Dejaré descansar mi "corazón", dejaré que se ejercite mi razón.
Quizá sea mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario