Por una extraña y misteriosa razón (bueno bueno, de alguna manera trato de hacer interesante el relato) desperté con el Marqués de Sade siendo protagonista de mis reflexiones matutinas.
El tan amado u odiado, leído o prohibido, honrado o satanizado escritor se hizo parte de mi vida a temprana edad.
Por equis o ye motivo, a los 14 años tuve en mis manos "La filosofía del tocador". No fue difícil conseguirla. Recuerdo que obtuve el ejemplar en la casi extinta "librería de cristal".
Tomando en cuenta lo que representó en su tiempo, las obras de Donatien Alphonse Francois, Marqués de Sade, el que en la actualidad se venda como cualquier otro libro indefenso resultaría una ofensa a tan peculiar personaje.
O bueno, al menos eso creo.
Es curioso que Justina, 120 días en Sodoma, Filosofía del tocador, Julieta, etc. que al ser prohibidas, quemadas, consideradas obras creadas por el mismísimo diablo, poseedor de un corazón depravado, de una mente degradada, podrida y perversa, se hayan convertido, en estos tiempos de anorexia literaria , en no más que libros cualquiera accesibles por unos cuantos devaluados pesos.
No es que exalte la prosa y las obras de teatro de este francés, aunque tampoco la condeno.
Sólo quería resaltar ese salto tan grande que ha sufrido la literatura de este escritor.
De ser condenado a casi ser olvidado (por lo menos en estos lares)
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