domingo, 10 de julio de 2011

Si se calla el cantor...

Es efímero el andar por estos caminos, efímero como la corriente fresca en una calurosa tarde de verano.

Yo no soy quien para andar juzgándolo todo, para criticar, para señalar con mis dedos desviados. Pero tengo voz, tengo pensamiento, al parecer aún me tengo a mi.
Tengo mis sentidos para aprender, rechazar y reflexionar. Y ahí viene acercándose con voz cálida y firme el cantor. Callado por el estruendo, por la confusión de los proyectiles que acaban con el milagro de la palabra, la sublimidad de la vida.

El mundo te llora Cabral, -desgraciadamente sólo te llora, se olvidan de actuar- como le lloran a los miles de inocentes que a diario mueren a causa de la estupidez humana. Te fuiste, no como debías, pero estoy segura que como a Sócrates quedan bien estas palabras: "Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aquí, yo para morir, vosotros para vivir. ¿Entre vosotros y yo, quién lleva la mejor parte? Esto es lo que nadie sabe, excepto Dios.

El mundo se está quedando en silencio.

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